jueves, 8 de septiembre de 2011

Sensualidad + Sexualidad = lo mejor de dos mundos


El sexo vende unas horas de placer, la sensualidad regala momentos interminables de erotismo, seducción, pasión y todo aun con ropa puesta…

 La sexualidad está asociada a los órganos reproductores, a la satisfacción misma de un instante de descontrol, a una pasión momentánea entre una pareja sin importar su preferencia sexual, al sexo, resumiéndolo en cuatro letras, o como a mí me gusta llamarlo el Yang de mi Yin. Quizás hasta peligrosa sea esta definición, el sólo llevarse de la mano con la sexualidad puede, y generalmente tiende, a llevar a la monotonía, una palabra que ninguno de nosotros queremos ver ni llevar en una relación.
 
Por otra parte está el Yin de esta historia, la sensualidad, desde un suave contorneo de caderas, desde una mirada que dice más que las palabras, desde una simple sonrisa ladeada en esos labios carmesí, hasta esa falda corta y esos tacones altos que nos hacen ver tan sensuales, esa manera de atraer las miradas por un cabello largo y ondulado, o simplemente una manicure francesa que te puede llevar a imaginar las caricias de las manos que las llevan, de eso se trata sobre todo la sensualidad, imaginación sin límites, erotismo sin vulgaridad, no sólo mirando sino sintiendo, probando, escuchando, una sinfonía de sentidos al compas de los deseos, de ese ‘ver pero no tocar’ que nos vuelve locos, que nos emociona, que nos excita…
 
Pero como toda en esta vida nada es completamente Yin ni completamente Yang, debe existir equilibrio entre ambos aspectos, en lugar de separarlos hay que unirlos y vivirlos.
 
La sexualidad se aprende, con la sensualidad se nace, y todos, mujeres y hombres, tenemos sensualidad natural dentro de nosotros, la única diferencia es que para algunos el ser sensual es parte de nuestra personalidad, de nuestro físico y nuestra forma de ser, mientras que en algunos otros es un poco más difícil demostrar que se puede ser sensual sin llegar a lo vulgar, que es el limbo entre ambos conceptos, la vulgaridad, recuerden, todo es cuestión de actitud cuando de sensualidad se trata.
 
Es cierto la sensualidad es la guinda del pastel, el complemente ideal de la sexualidad, el juego previo a una noche mágica, a una noche romántica y porque no, a una noche donde esos instintos animales se desbordan, no hay orgasmo sin excitación, ni buen sexo sin un toque de imaginación…
 
El equilibrio es la clave para disfrutar de ambos, un poco de imaginación previa a cualquier contacto físico es el secreto al éxito sexual, y esto nos lleva a una excelente autoestima y bienestar, vamos de compras al sexshop y sorpréndelo con un juguetico nuevo, vayan juntos a comprar lencería y espíala un poco mientras se prueba, cómprale unos tacones altos de terciopelo rojo y que ella te los desfile siendo eso lo único que use, y disfruta de lo mejor de ambos mundos…

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